30/10/15

Glup

  Desventurado sin razón
que tiñe ocre el cielo.
  Que la roca caiga al suelo
y al hacerse trizas,
como burdo instrumento,
percuta su sonido en mi tímpano témpano.

  De añicos nace la vida,
y de luz muere la noche.
 Una rima para olvidar.
Vendaval que perturba en silencio la soledad.
Y ambas cosas agradezco,
     la soledad y la interrupción.

  Pero qué mal sabor de boca, joder.
"Adiós" es la canción más triste del mundo.

  Blandiendo su calma
cautivó el remanso febril
que al final de mí empieza a bullir.

  Y no será nunca más un descanso,
perdimos unas cuantas piezas del puzzle.
Y estamos perdidos desde entonces.
Una torre de luz que quiere ser un faro.
Un faro que quiso alumbrar,
pero ya sólo quiere ahogarse.
Yo que no sé lo que quiero,
pero que estoy en la misma orilla que tú.
 -Y que el faro-
Y claro que me desespero.

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