
Es como aquel caracol
que despierta únicamente con los primeros haces de luz estelar.
Todas las buenas ideas que se me puedan ocurrir a mí, son
apagados hierbajos al lado del inmenso pinar que crece libre y desordenadamente
en su cabeza sin reglamento alguno.
Es curioso pero me he convertido en experto analista de su
próxima jugada y aún así fallo siempre mi predicción, igual que algún filósofo
barbudo, que acabó por ir al psicólogo ahogado en melancolía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario