Y es que huele a ella,
pero no la veo.
Qué más darán las espinas que me clave,
por todos lados,
las heridas que me hagan las palabras,
por todos los costados.
En casa, en la calle,
en la música,
en la poca familia que tengo
y por último,
en el mucho amor que siento:
Si mi vida son muchas cosas,
y todas se ponen de acuerdo,
para desmoronarse juntas,
¿yo qué valgo?
Si escribo con calma y con rabia.
Si yo la cago, o la dejo de cagar.
Si perdono o me perdonan.
Qué más dará,
Si huele a ella,
pero no la veo.
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