Desde el banco de la 111
parece que la Avenida desemboque en ti,
o que de tus pies nazca ella.
Porque es el punto justo en el que la estación se abre a la ciudad,
por donde llega siempre tu guagua, si te espero.
O por donde llega la que te lleva, si te vas.
La despedida de este modo es una cuenta atrás,
y en la recta final está el tres, que es un número más largo
(si se escribe),
o el uno, que también es largo
(si se pronuncia).
Y suenan las notas de tus pasos,
a ritmo de cascabel,
con el fraseo de un jazzista,
que hace sexo con la música.
Eres una lunática,
como Denís, el de La Unión,
pero sin ser lobo, ni hombre.
Un poco enfadona, pero rollo simpática.
Cactus, coral, flor, o cualquier cosa bella y peligrosa
y yo ahora seré marea, luna, otoño,
o algo que se va, pero que siempre acaba por volver.
¿Crees en los poemas?
https://www.youtube.com/watch?v=FceM2NRhJ-w#t=80
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